2009/10/27

SEPTIEMBRE DEL 75


Xosé Humberto Baena Alonso murió fusilado el 27 de septiembre de 1975. Tenía 24 años.
Los momentos antes de su muerte, la agonía sufrida por su familia y la lucha posterior, son los temas tratados en este documental que se proyectará EL DÍA 6 DE NOVIEMBRE, EN EL PEQUEÑO CINE ESTUDIO MAGALLANES de Madrid, después de haber sido estrenado en la 54ª SEMINCI de Valladolid.
El formato del film se basa en mostrar los diferentes testimonios de la familia, amigos, compañeros de partido de Baena y más allegados que sintieron su muerte con especial dolor, y que a su vez vivieron en sus carnes la dura represión que existía en España durante los últimos años de la dictadura franquista.

Los ex-militantes del FRAP (Frente Revolucionario Antifascista y Patriota), amigos y compañeros de Xosé, son personajes claves en el transcurso de la historia, quienes recuerdan con rabia todas las injusticias que sufrieron debido a la radicalidad de los cuerpos policiales de la época: la Guardia Civil, la Brigada Político- Social y la Policía Armada, que como su propia designación indicaba, estaba dirigida a ejercer la “vigilancia total y permanente, así como el uso de represión cuando fuera necesario”.
Aunque sin duda la persona que más demuestra en el documental su sufrimiento y su lucha es la hermana de la víctima, Flor Baena, quien tomando el relevo de su madre ejerce de defensora de las acusaciones de su hermano, asesinado hace ya 34 años.
El motivo por el que arrestaron a Xosé Baena el 22 de julio de 1975, fue la acusación de asesinato de un policía en Madrid. Ni siquiera se tuvo en cuenta un testimonio que declaró que Baena no se parecía al autor del atentado y de esa manera, fue condenado a muerte.
Su exilio en Madrid y el respaldo de otros militantes del FRAP no sirvieron para salvar al gallego, vigués de nacimiento, que vio como le arrebataron la vida en apenas tres meses.
Asimismo, deja reflejado su profundo dolor en cada una de sus cartas, la más dura la que aparece en el comienzo y el final dela película, cuyas primeras palabras son: “Papá, mamá, me ejecutarán mañana”.
A lo largo de todas esas misivas el joven , que en la película toma la voz en off de Alberto San Juan, intenta animar a su madre en todo momento, recuerda lo mucho que quiere a su familia y hasta escribe un curioso cuento sobre un reloj, cuyo tictac equivale a los latidos de su corazón.

Después de un consejo en el que no existió prueba alguna, de los once acusados 6 de ellos fueron indultados como una prueba de clemencia por palabras del Estado y los otros cinco fuero condenados a muerte.
Desde el Vaticano, la CEE y la ONU llegaron diversas protestas reclamando la anulación de las penas de muerte. Nada sirvió para evitar que los deseos del sistema franquista se llevaran a cabo.
En total fueron cinco los ejecutados: tres militantes del FRAP (José Luis Sánchez Bravo, Ramón García Sanz y el propio Xosé Humberto Baena Alonso) y dos miembros de ETA (Juan Paredes Manot, "Txiqui" y Ángel Otaegui). Estas fueron las últimas ejecuciones del régimen poco antes de la muerte del dictador.


“Septiembre del 75” es un claro reflejo de las fechorías realizadas por el estado franquista cuando el gobierno estaba a punto de caer; estas eran actuaciones que servían de ataque para dar constancia de que el franquismo, según ellos "seguía en pie" y no tambaleaba. Era evidente que estos ataques reflejaban un gran miedo infundado al ver como caía el régimen salazarista en el país vecino.
Para terminar, es preciso recalcar la gran similitud de este documental con la película “Salvador”, dirigida por Manuel Huerga en 2006, que muestra la vida del catalán Salvador Puig Antich, del mismo modo acusado y posteriormente ejecutado.
Dos películas que manifiestan la cruda realidad existente en España hace tan solo una treintena de años.

2009/10/26

OUKA LEELE. LA PARTE MÍSTICA DE LA VIDA



Con un cochinillo con bombillas en los ojos colocado en la cabeza como sombrero y defendiendo la sublimación de lo doméstico frente a la crítica social. Así, de una manera tan rompedora y extravagante se presenta Ouka Leele al comienzo de su documental, dirigido por Rafael Gordon y presentado hoy, 25 de octubre, en el Museo Patio Herreriano de Valladolid.
La chica que fue partícipe de la movida madrileña de la mano de otros artistas como Ceesepe o Pedro Almodóvar, se ha ido convirtiendo a lo largo de estas dos décadas en un auténtico genio de la contemporaneidad.
A partir de los ´70 comenzó la actividad expositiva de la artista con la serie "Peluquería", en la que la pintora se basaba en el provecho sacado de los elementos cotidianos para crear piezas propias del movimiento más surrealista. Un pulpo o un teléfono en la cabeza conseguían el efecto sorpresa del espectador al comprobar la posible similitud entre elementos antes nunca combinados, sensación similar a la producida en la escena del cerdo que se posaba sobre su cabeza. Sus obras chocaban con lo anteriormente producido, pero en esos años se palpaba un incipiente cambio innovador en todos los aspectos sociales, algo que daría lugar a la movida ochentera, un movimiento social tan intenso como efímero y que muy bien encajaba en el contexto que las obras de Ouka Leele reclamaban.
Sus fotografías, después de pasar por la sala de revelado iban directas a sus acuarelas para darles aún más vida ya que no bastaba con el resultado fotográfico convencional; Ouka Leele creía preciso realzar sus obras con vivos colores para obtener un resultado todavía más singular y dotado de cierto inconformismo, sentimiento que quizás fuera lo que le llevó a romper con los cánones y a ahuyentarse de la simplicidad. Su objetivo era conseguir la expresividad máxima de sus trabajos; transmitir ese sentimiento universal que le invadía, reflejar sus más preciados recuerdos de la infancia, mostrar la importancia de la santidad de las cosas o plasmar el amor hacia su hija, intrínseco en algunas de sus obras. Siempre teniendo en cuenta el presente como único tiempo posible, ya que desde él se puede cambiar el pasado y el futuro, por lo que ahora es el único instante para ella.
En 1987 la fotógrafa tiene la osadía de parar el tráfico en la plaza Cibeles, movilizando a media ciudad para realizar su "Rapelle-toi Barbara", fruto de su inspiración en el cuadro de "Atalanta e Hipómenes ", escena que llevó a la realidad haciéndola en carne y hueso en medio de la fuente de la diosa Cibeles.
La misticidad, lo doméstico, el miedo, el afán de superación, el contacto con la naturaleza, las ganas de vivir, son conceptos que se expanden a lo largo de su magnificente obra, la cual tiene su culmen en 300 metros cuadrados que componen el muro de su jardín metafísico; una metafísica que hace a Ouka Leele ir más allá de este mundo, indagar en su yo más profundo y manifestar así el lado más creativo de su alma para que de esa manera pueda dar a conocer al público una nueva y extraordinaria versión del arte.











2009/10/05

BENDITO BASTARDO


Sorpresa la mía cuando escuchando "La Estación Azul" en RNE, oí como Ignacio Elguero, escritor y presentador del susodicho programa, confesaba su sentimiento de odio hacia el gran Tarantino.
Mi reacción fue una mezcla entre estupefacción y desprecio, con un ápice de perplejidad , ya que no comprendía esa opinión tan dispar con respecto de la mía, y creo que con una gran parte de la población aficionada al cine. Mi criterio no comprendía que se estuviera obviando la maestría del director en cuestión, perceptible en escenas como en la que Jules ejecuta a sus víctimas recitando el versículo de Ezequiel por el que jura eterna venganza, o en la increíble BSO que recoge Kill Bill, donde Uma Truman sobresale en la interpretación y tiene el honor de compartir la realización del guión con su mentor, un regalo de cumpleaños que le marcaría para siempre. El comentario en concreto especificaba que en medio de la proyección de "Resevoir Dogs", debido a la sensación de burla que experimentó el afectado, éste tuvo que abandonar la sala en el momento, imagino, de la famosa tortura del policía, escena que quizás no nos agrade a los sentidos pero que a su vez lleva intrínseca cierta genialidad en la interpretación de un aunténtico demente llamado Vic Vega.
Una genialidad que se aprecia en todos y cada uno de los delirios de grandeza protagonizados por este personaje único en su especie, ya que quizás no se hermane con nadie y por eso lo podamos considerar el bastardo del séptimo arte.
Escribe su propio guión, como indica el cartel de White Label del que una vez más vuelve a ser imagen. Es, a la vez, admirado y repudiado, como los grandes más grandes.
Y casualmente, Reservoir Dogs forma parte del programa de proyección de películas que cada año ocupa las tardes de los jueves en Filosofía y Letras.
Puede que, a lo mejor, Tarantino y su obra, hasta sean una referencia imprescindible cuando hablamos de esto del cine, algo hasta ahora, incuestionable.